La Unión Europea está enfocando las monedas virtuales en una acción que podría afectar los ingresos de los juegos
La Unión Europea (UE) está avanzando con nuevas propuestas de protección al consumidor que buscan remodelar la forma en que los desarrolladores diseñan y monetizan compras in-game. El principal punto de preocupación en la industria es que las propuestas, lideradas por el proyecto informalmente conocido como Digital Fairness Act (DFA), pueden impactar fundamentalmente los modelos de ingresos utilizados en juegos online y mobile en toda la Europa.
El CEO de Supercell, Ilkka Paananen, fue uno de los críticos más vocales de la iniciativa, alertando públicamente que las reglas propuestas podrían “destruir el sector de juegos de Europa” si todas las compras in-game fueran tratadas como transacciones financieras. Paananen argumenta que las monedas virtuales son herramientas de conveniencia comparables a fichas de parques de atracciones, y no productos financieros.
El CEO de Supercell afirmó que:
"requerir que cada transacción in-game incluya divulgaciones completas o verificaciones de conformidad podría matar como muchos juegos fundamentalmente funcionan."
La European Commission está enfocada en actualizar las leyes de protección al consumidor para la era digital y pretende cubrir plataformas, aplicaciones y entretenimiento interactivo.
Las áreas clave bajo discusión en el DFA incluyen:
Banimento de “dark patterns” – tácticas de diseño manipuladoras, como contadores regresivos engañosos o tácticas de presión de compra.
Transparencia de precio – obligar a los desarrolladores a mostrar valores en dinero real al lado de monedas virtuales (gems o coins) en el checkout.
Derechos de reembolso – simplificación de los procesos de reembolso y retirada para transacciones digitales.
Claridad en la publicidad – reglas más estrictas para marketing de influencers y afiliados.
El lado positivo reside en la señalización clara de los reguladores, dando tiempo a la industria para adaptarse. La European Game Developers Federation (EGDF) espera que la propuesta formal del Digital Fairness Act sea presentada en el otoño de 2026, con revisiones que pueden extenderse hasta 2027.
En un movimiento separado, el Consumer Protection Cooperation (CPC) Network, una coalición de autoridades de consumo de la UE, publicó directrices sobre monedas virtuales a principios de este año, que actúan como un adelanto de lo que está por venir. Las directrices del CPC exigen la exhibición de equivalentes en euro y el evitar de estructuras de precios empaquetados o engañosos.
La industria de juegos reaccionó negativamente. La EGDF alertó que la política podría “cambiar fundamentalmente cómo los free-to-play games operan” si los principios del CPC se convierten en ley. La Video Games Europe (ISFE) presentó una respuesta de consulta en septiembre de 2025, pidiendo una regulación basada en evidencias y alertando que las definiciones vagas podrían “abrir camino para una prohibición de monedas in-game”.
Las preocupaciones centrales de los desarrolladores incluyen el riesgo de ingresos debido a restricciones en paquetes de monedas y ofertas promocionales, el impacto operacional de la implementación de displays equivalentes en euro, y el temor de competencia desigual con desarrolladores de fuera de la UE.
El Digital Fairness Act de la Unión Europea propone el banimento de dark patterns y exige transparencia de precio con valores en dinero real al lado de monedas virtuales. El CEO de Supercell, Ilkka Paananen, alerta que las reglas pueden "destruir el sector de juegos de Europa", una crítica reforzada por la ISFE, que teme una prohibición de monedas in-game.


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