La FTC ha resuelto la disputa y ha aprobado la fusión de Microsoft con Activision

Uno de los enfrentamientos regulatorios más largos y seguidos de la industria de los videojuegos llega a su fin: la Comisión Federal de Comercio de los EE. UU. (FTC) ha renunciado oficialmente a intentar bloquear la adquisición de Activision Blizzard por parte de Microsoft, poniendo fin a un proceso iniciado en diciembre de 2022.

La decisión final llegó después de que el Tribunal de Apelaciones del 9º Circuito rechazara, en mayo de 2025, la apelación de la FTC contra la fusión de 69 mil millones de dólares, concluyendo que la agencia no presentó pruebas suficientes de que la operación perjudicaría la competencia en los mercados de consolas, juegos por suscripción o cloud gaming.

En un comunicado, la FTC reconoció la derrota e informó:
"El interés público se vería mejor servido con el fin del litigio administrativo."

A pesar de que el negocio fue aprobado en varios territorios, incluyendo Unión Europea, Reino Unido y Japón, aún había resistencia en los EE. UU., lo que impedía la plena consolidación de la fusión. El intento más reciente de la FTC de revertir el proceso ocurrió en diciembre de 2023, incluso después de que la fusión se hubiera completado técnicamente en octubre de 2023. Ahora, con la renuncia oficial, no quedan más obstáculos legales.

Desde la adquisición, Microsoft ha adoptado una postura estratégica para contrarrestar acusaciones de monopolio. Los juegos de Activision, como Call of Duty, se han mantenido en plataformas competidoras, incluyendo PlayStation, y ha habido una ampliación de la presencia en sistemas como el Nintendo Switch e incluso el compromiso con plataformas de cloud gaming independientes.

La empresa ya había firmado acuerdos públicos para garantizar que el acceso a franquicias populares no estaría restringido al ecosistema Xbox, y que el modelo de negocio priorizaría una distribución más amplia, dentro de la visión de "juegos para todos" defendida por Phil Spencer y por el equipo de Xbox Game Studios.

Con la conclusión de este proceso, Microsoft consolida su posición como uno de los mayores conglomerados de la industria de los videojuegos, ahora dueña de franquicias como Call of Duty, World of Warcraft, Diablo, Overwatch y Candy Crush. La fusión, que comenzó como una promesa audaz en 2022, transforma definitivamente el panorama competitivo global, y presiona a empresas como Sony y Nintendo a adaptarse a la nueva escala operativa de la competencia.

Sin duda, este es un hito definitivo en la reorganización de los gigantes del sector.